miércoles, 11 de marzo de 2015

Ella, la actriz

Me estaba bajando del colectivo cuando lo escuché llorar, afónico. Me pudo el instinto y busqué al niño entre la gente que pasaba por la vereda. Apenas la vi no la reconocí a ella, la mamá del nene que hacía el berrinche, no se veía como en las revistas, radiante con esa luz que lo embellece todo, que los hace ver como la madre y el bebito perfectos. Ella fumaba, maldecía y corría atrás de su hijo. Estaban teniendo un día complicado. Y es que la vida no es foto sino película, y en esta película habían faltado los maquilladores, los iluminadores, los vestuaristas y los guionistas. Ella estaba un poco desaliñada y farfullaba maldiciones. Ella se veía cansada, abrumada, sobrepasada y le decía "qué carajo te pasa que estuviste así todo el día". Ella se veía como una madre cualquiera y no como una actriz. Ella estaba interpretando ese papel que se nos otorga el día en que nos convertimos en madres y nos enfrentamos con nuestros propios límites. Esos que pensábamos que nunca íbamos a franquear hasta que nos encontramos diciendo puteadas o gritando y llorando como histéricas ante la mirada atónita de nuestros pequeños. 

Esa escena me recordó la vez que fuimos a hacerle un book de fotos a nuestro hijo, nos lo habían regalado para su primer año. Nosotros nos habíamos separado justo un mes después de su cumpleaños. Le llevamos sus juguetes preferidos y algo de ropa. La fotógrafa nos ubicó a mi y a al padre de mi hijo en un perfecto encuadre que dio como resultado perfectas fotos. Los dos sonreíamos, jugábamos con nuestro hijo y nos abrazábamos. La vida era perfecta. Quedé destrozada después de interpretar semejante papel y nunca pude colgar ninguna de las fotos que hicimos. Desde hace un tiempo mi living está desnudo después de que descolgué todos los cuadritos con nuestras fotos del viaje a Europa del 2011. 

Si me preguntan si me imaginaba esta foto de mi vida a los treinti de separada con un hijo, les digo que no. Me imaginaba una instantánea de familia feliz yendo el primer día de clases al jardín con nuestro hijo. Pero la vida no es foto sino película y por mas reality que haya me quedo con la realidad,  me quedo con esta actriz haciendo de mamá verdadera y me quedo con mi yo en primer plano: auténtica, triste, desbordada, recompuesta, feliz y mirando para adelante.  



  

2 comentarios:

  1. hermosas palabras... eso se llama abrazar lo que nos sucede como es ... no como imaginamos o como nos cuentan en las revistas.. abrazarnos y abrazar nuestro entorno y poder ser feliz con lo que tenemos y con lo que está por venir!

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  2. Qué genial lo que escribiste, gracias por mandármelo. Una verdadera joya. Siempre la vida real, con sus aristas e imperfecciones es más interesante que las aburridas revistas que ojeo en la peluquería de gente de plástico embellecida por el photoshop.
    Abrazo y después de leer tu post, a esa actriz aún la quiero más.

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