viernes, 15 de mayo de 2015

Desamor

Queríamos tanto a Ro, pero un día ella se fue. Me lo avisó una semana antes por whatsap como si me estuviera contando el parte diario "Estamos cantando con su cd" o "Salimos a dar una vuelta". Colapsé, mi hijo se quedaba sin niñera, yo me quedaba sin niñera y mi vida se venía abajo como una torre de rastis. La mujer con la que mi hijo había aprendido a comer, la que lo corría por toda la casa arrancándole una carcajada, lo dejaba. Mientras yo pensaba qué podía tener ella más importante que cuidar a mi hijo y me enojaba, pero tenía que contenerla porque ella me mandaba mensajes del tipo "Lo quiero como a mi hijo. Y aunque él se olvide de mí yo nunca me voy a olvidar de él". Me di cuenta que nos enfrentábamos a su primer duelo amoroso. El la miraba con amor, con complicidad, ellos reían juntos, se divertían. Y ella se estaba yendo.

Las semanas siguientes fueron terribles. Teníamos niñera nueva pero él la despreciaba. A pesar de ser un amor, Mila no lograba ser su nuevo amor. Y yo queriendo quitarle todo su sufrimiento tenía ganas de decirle que ya iba a encontrar otra, que mamá que te ama más que nadie. Pero mi hijo no se reponía de su ausencia, se desvelaba por las noches y lloraba con angustia, no había nada que lo calmara.  El no dormía, yo no dormía, la espiral del duelo metía su cola en el devenir de nuestras vidas. Iba a trabajar con ojeras y yo también extrañaba tanto a Ro.  Fuimos a ver a la pediatra y ella lo confirmó, el trastorno de mi hijo se debía a la pérdida de esta persona de referencia. Teníamos que tener paciencia y ser muy pero muy continentes, amor y paciencia. Como cuando uno consuela a alguien a quien le han roto el corazón.

Hasta que un día ella volvió. Vino de visita a despedirse como corresponde. Como corresponde después de semejante relación dado que su ida se había adelantado por una gripe que la obligó a faltar sus dos últimos días. Tengo grabada en mi memoria la cara de mi hijo cuando la vió, corrió hacia ella y estuvieron mirándose como dos enamorados. Ella le explicó por qué no podía seguir cuidándolo, y parece que él entendió porque esa noche durmió bien y pudo empezar una nueva relación con la otra niñera.