viernes, 17 de octubre de 2014

Partirse

La noche que mi marido me dijo que se iba a ir de casa soñé que paría. Me desperté sabiendo que mi sueño había sido en extremo inadecuado. Parir en este contexto de crisis de pareja era una locura. No pude evitar preguntarme por qué había soñado con un nacimiento. Me acordé eso de que el nacimiento de un hijo implica un (re) nacimiento para una. Y pensé ¿otro? A tan sólo un año de haberme convertido en madre tengo que volver a renacer? En qué me voy a convertir esta vez? Qué es lo que estoy pariendo? Dicen que parir es partirse en dos. Nosotros que éramos dos nos partimos en tres y ahora él parte.

Esta año, al mismo tiempo que me iba convirtiendo en madre me fui perdiendo de mi. Tanto que pensé que nunca más me iba volver a encontrar. Hasta que me encontré.También me fui perdiendo de él y él de mi. Y acá estamos, como dos extraños sin conectar. "Las parejas tienen crisis, algunas más, otras menos graves. Y la llegada de un hijo hace volar todo por el aire. Algunas logran rearmar las piezas y otras no" dije en un momento de nuestra conversación. Mis viejos no pudieron.

Ahora que hace un tiempo que me siento bien, ahora que logré disfrutar de mi hijo y de esto de ser madre, no tengo la dicha en la pareja. Será que, como me dijo una amiga, todo no llega en el mismo momento. Puede ser. Sólo espero que nos llegue el momento a nosotros dos que alguna vez nos elegimos para para aventurarnos en esto de tener un hijo.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario