martes, 9 de septiembre de 2014

Odio a los taxis

Esto va sin eufemismos: los odio. Señor taxista ¿Alguna vez se pregunto qué siente una mujer cuando usted le hace que no con el dedito, sin frenar y con cara de asco? Por favor! Un 0800 INADI por acá para mujeres embarazadas y con bebés!

Ya me resigné a parar taxis en la calle porque, básicamente no te paran, así que ahora soy rehén de los radiotaxis (debería haber cambiado el título del post). El problema empieza con la operadora cuando intento explicarle que "Viajo con un bebé y un carrito, así que mandame un vehículo gran..." me interrumpe diciéndome que ya lo envían y me corta. Y claro, después pasa que el taxi que llega tiene un tanque de gas en el baúl y un tanque de mala onda encima. Le pido al texista que se fije si el carrito entra en el asiento de adelante y me responde que no porque le voy a rayar el auto. Entonces ya desencaja de mí y de mi buen humor de domingo a la mañana, porque me quiero ir de mi vieja a comer ravioles y este tipo no es capaz de ponerle media onda, le digo a los gritos "Ahora me lo dice? ya tengo al nene con el cinturón puesto adentro del huevito? Por qué vino, si yo avisé que viajaba con un carrito?". Pero él le hecha la culpa a la operadora que no le avisó, así que agarra el radio y les informa que se retira de mi domicilio porque no entra el carrito. La operadora le contesta que no tiene móvil para mandarme. Fin de la historia. Me quedo en la vereda con el carrito, el huevito y mi hijo, pensando que ya debería haber llegado a la casa de mi mamá y estaría comiendo ravioles con tuco.

Esto de mi mala suerte con los taxis empezó antes, cuando embarazada chocamos mientras íbamos a Retiro un día antes de Navidad. Mi marido no tenía el cinturón puesto, yo sí porque soy una obse de la seguridad vial. El tipo se quedó dormido en el volante, así de insólito. Terminamos arriba de la vereda estampados contra un árbol. Desde ese momento, mi obsesión se volvió fanatismo, y con un bebé, uf! Mi preocupación (una de las últimas) es que cuando los bebitos ya no entran en los huevitos no hay medidas de seguridad para viajar con ellos. Esto tiene consecuencias directas sobre mi hijo porque, con casi un año, tiene que seguir entrando a la fuerza en el huevito.

Conclusión: definitivamente tengo que acelerar esto del curso de manejo, sacar el registro y mover el auto que tengo durmiendo en la puerta de casa.



Este post va dedicado a Mariana (sí, de nuevo). Ahora hago un pedido especial a los automovilistas: tengannos paciencia a las mujeres madres que manejan, no nos toquen bocina mientras subimos el bebé y guardamos el cochecito en el baúl, porque podemos ponernos nerviosas y olvidarlo en la vereda.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario