lunes, 4 de agosto de 2014

Mi amiga soltera

Cada vez que visito a mi amiga soltera me recuerda cuánto anhelo volver a ser un poco la que era. Qué linda esa vida de cosas ordenadas y tiempo para una. Llego a su casa un sábado por la mañana: ojerosa, sin maquillaje, las uñas sin pintar, transpirando porque bajarme del taxi con bebé, carro, huevito, bolso y cartera, es peor que la peor clase de spinning. Esas clases que a mi amiga le encantan.

Fuimos a su casa con mi hijo y mientras intentábamos conversar y tomar mate, ella me miró levantarme infinita cantidad de veces de la silla para sacar todo lo que estuviera al alcance de mi bebé. Creo que se cansó de las repetidas interrupciones a nuestra charla y de escucharme decir "no", "eso no", "tomá esto", "se rompe". Apesadumbrada, me dijo "Uf, creo que estoy considerando eso de ser madre algún día". Y su apreciación me devolvió en espejo esta imagen de una yo tan agotada que no puedo hacer otra cosa que llorar. Ella es la misma que me había dicho que se lo dejara una día, que me lo cuidaba para que yo fuera a hacer mis cosas. Pero cuando, el sábado, le dije medio en chiste, medio en serio "Te lo dejo un día de estos" ella me respondió "Paso", más en serio que en chiste.

Me escapo un segundo de la vista de mi bebé y entro al baño. Mi amiga soltera tiene una colección de esmaltes, cremas y maquillajes. Yo hace 10 meses que no me pinto las uñas y me maquillo en la oficina con la misma sombra color sepia. Ya me olvidé cómo era tomarme el tiempo para combinar los colores. Cómo volver a ser la que era, me lo pregunto cada vez que dejo de pensar en pañales, horarios y papillas del bebé. En sus urgencias que son constantes y estructuran mi día y mi noche. Antes yo miraba Isat y Europa Europa, ahora sólo miro el reloj para ver a qué hora se va a dormir mi bebé. Antes escuchaba música, a veces Beirut, la banda de sonido de una película francesa o Lisandro Aristimuño; ahora lo único que tarareo son las canciones de Magdalena Fleitas, Los Canticuénticos o el Dúo Karma. Siento que mi bebé llenó tanto mis días y mis noches que me vació de mí, de mi yo antes del bebé.

Es una cuestión de tiempo, me dijo alguien. Que el primer año es así pero después pasa y volvés a tener tiempo para vos. Volveré a tener una casa ordenada, una colección de esmaltes y un color de sombra para cada día? Volveré a ver la última producción de ese director de cine que me encanta en lugar de tararear Samba Lelé? Volverán los colores en reemplazo de las urgencias?


Este post va dedicado a Gabi: que encuentres tu lugar en el mundo, que ahí te encuentres a vos y a él, y seas muy feliz. Te voy a extrañar!


1 comentario:

  1. Amiga: GRACIAS!!! Gracias por dedicarme este post!! Las cosas han ido y van cambiando, nuestras vidas van cambiando a medida que vamos persiguiendo nuestros sueños...Estoy feliz que la vida nos haya dejado compartir esta amistad que es una de las mas preciadas que tengo!! Te adoro!!! y gracias por estar ahí, gracias por escribirme, gracias y gracias!!! Me reí mucho con la descripción que hiciste de ese sábado en casa!! :)

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