miércoles, 14 de mayo de 2014

Tratando de volver a mí

Toqué fondo y salí a flote. Es evidente que la proximidad de mi cumpleaños ofició de condensador de males. En la misma semana yo cumplo 34 años y mi bebé 8 meses. Tiene dos dientitos y todavía no come. Mis días mejoraron un poco, retomé yoga sin demasiadas pretensiones y es como si me hubiera empezado a desintoxicar. Me teñí las canas y me pinté las uñas, dos cosas que no hacía hace mucho tiempo.
Tengo 34 años, un hijo, un marido, dos gatas y una casa. Tengo todo esto que quería, pero a veces no sé cómo combinar o cómo hacer que todo esto combine conmigo. Tengo leche y menstruación, estrógeno y prolactina, vida profesional y vida de hogar, pañales descartables y ecopañales. Tengo momentos de juego que comparto con mi bebé y otros en los que quiero el botón de apagado. Soy madre joven pero ya no soy una pendeja. Volví a verme atractiva después de tanta mutación en el cuerpo. Ahora leo sobre maternidad y bebés, dos temas que jamás me habían interesado hasta el momento. También leo sobre la pareja, es difícil hacerla encajar en el nuevo esquema familiar. A veces es como si de compañeros pasáramos a ser organizadores de horarios, gestionadores de mamaderas y administradores de compras. Y esos días parecemos más una sociedad anónima que una unión producto del amor. "Estoy teniendo días mejores" le dije hace poco a mi marido mientras almorzábamos los dos solos. "Ya me di cuenta, estás más linda" me respondió.
Les comparto lo que encontré en otro blog. Me resultó tan familiar como si lo hubiera escrito yo :
"se supone la llegada de un hijo debiera ser una bendición pero todo lo que siento está mal, está lejos de ser eso … Pero para muchas, la verdad de las verdades, es que a veces, la llegada de un hijo, incluso la noticia del embarazo transforma todo lo que veníamos armando, en un caos. En puerperio nos volvemos locas, locas de amor, de rabia, de penas, de dudas, de alegrías, de dolores, de dudas, ¡locas! y muchas veces locas y solas. Entonces, ¿por qué la llegada de un hijo debe ser en tonos pasteles? Ustedes ya saben, la maternidad y sus momentos me revuelven el útero, el corazón y las neuronas, justamente, porque es uno de los terrenos de la vida de las mujeres más complejos de atravesar.”
No sé bien cómo ocurrió, capaz fue un alivio por poder llorar, gritar y decir mi malestar. A veces las cosas suenan peores dentro de mi cabeza que cuando finalmente las digo. Tampoco quiero alegrarme demasiado ¿y si fuera sólo un claro en medio de la oscuridad? De cualquier manera la maternidad no es tarea fácil o al menos no me está resultando a mi. "Fabricar seres humanos es una locura" dice una embarazada en una comedia romántica. "Estoy tratando de volver a mi" le dije a María Pichot.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario